Visita de observación a Salinas de Guaranda


Durante la última semana de enero, una delegación de tres representantes de la microempresa de quesos de Saraguro se ha desplazado a la ciudad de Salinas, en el centro del Ecuador, reconocida a nivel nacional, a través de su marca El Salinerito, por la elaboración artesanal de quesos de alta calidad.
Entre los días 23 al 26 de enero, tres responsables de la Asociación de Ganaderos de Saraguro, promovidos por la Fundación Social Universal con el apoyo de la Diputación de Córdoba, viajó de pasantía a Salinas, una localidad ubicada a una altitud 3550 msnm en la zona nororiental de la ciudad de Guaranda, para conocer in situ buenas prácticas en la forma de recepción y transformación de la leche de vaca, así como en la administración y comercialización de los productos elaborados.
La población de Salinas comenzó a prosperar poco a poco por medio del impulso del cooperativismo, con el que se establecieron numerosas empresas pequeñas del sector agroindustrial y artesanal. Destacan la elaboración de quesos y embutidos, la secadora de hongos, la fábrica de confites, la fábrica de hilos y la artesanía con lana de alpaca.
La elaboración de queso fue la primera actividad implantada en Salinas por el movimiento cooperativista al inicio de los años setenta, y representa hoy en día el sustento de más de 200 familias productoras de leche. Bajo el impulso y la inspiración del sacerdote salesiano y educador, Antonio Polo, Salinas ha evolucionado desde una situación de pobreza extrema a un centro activo de emprendimiento, conocido como el pueblo de economía solidaria.
La producción es comercializada a nivel nacional con la marca Salinerito, y gran parte de ella es exportada a diferentes lugares del mundo, especialmente a Italia, Alemania y Japón.
Los testimonios de los compañeros de la delegación nos expresaban al regreso de su viaje su sorpresa al ver a mujeres caminando durante dos horas con la leche hasta la microempresa. Miguel Chalán, promotor del proyecto, lo atribuye a que “la gente se siente dueña de su empresa y nos les importa caminar largo rato para transportar su materia prima”. Por su parte, Lauro Chalán, técnico municipal y gerente de la microempresa, destacaba que esta pasantía ha sido fundamental para él porque le ha permitido fortalecer sus conocimientos. “Me voy con mayor motivación para dar todo de mi parte para sacar el máximo el rendimiento de la microempresa”, concluía.

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