Todos alguna vez hemos oído a hablar de «El Salinerito», o nos hemos probado sus deliciosos turrones o sus quesos artesanales. Pues bien, detrás de esta marca familiar para muchos ecuatorianos, nos encontramos con la particular historia de todo un pueblo, de una parroquia rural llamada Salinas.
Salinas esta ubicada en la provincia Bolívar y su aventura empresarial se remonta a los años 70s con la llegada desde Venecia-Italia del misionero salesiano Antonio Polo, quien bajo el lema «Salir de la pobreza con solidaridad» ha sabido proporcionar el liderazgo y conocimientos necesarios para llevar a cabo un impresionante proceso de desarrollo de toda una comunidad que actualmente esta teniendo un reconocimiento social muy amplio dentro y fuera del país impulsados por el marketing que nos permiten las tecnologías.
Como dato, la Comunidad del Salinerito acoge a más de 400 personas, produce queso, turrones, chocolates, panela, hongos secos, textiles y muchos otros productos de calidad internacional.
Tiene puntos de venta en Quito, Guayaquil, Latacunga, Ambato y más...
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