SALINERITO: LA MARCA DE UN PUEBLO

Dos de la tarde aproximadamente… Al fin llegamos a la parroquia rural Salinas de Guaranda en la Provincia de Bolívar (Ecuador)¡ Habíamos comenzado nuestra jornada en Guayaquil a eso de las ocho de la mañana y realizado un largo viaje de seis horas con gran parte del camino con densa neblina y plagado de baches e innumerables deslaves en el último tramo. Para quien no ha llegado por este lugar, resultaría difícil creer en la revolución comunitaria empresarial que allí se vive. Como cual extraño, pregunté a la primera persona, una joven del lugar, donde se encontraban las oficinas o la planta de El Salinerito, ella me miró y simplemente respondió “todo el pueblo es El Salinerito”…. No supe que decir y ella reaccionó, "pero dígame a quien busca". Mi colega Guido Santillán, le dijo: “al señor Enrique Cachimuel “ "Ah, entonces, el debe estar en la Feria”. Gruppo Salinas Habíamos llegado a Salinas de Guaranda en época de Feria, en el pueblo se veían efectivamente varias guindolas, que mostraban también la frase “Gruppo Salinas” junto a algunas burbujas pequeñas. Yo pensé : “este es un grupo musical del pueblo”. Tuve suerte en no mencionarlo a nadie porque después me enteré que este no era una banda de pueblo, sino la denominación del Grupo Empresarial de El Salinerito, un verdadero Holding, y que las burbujas son las seis organizaciones o empresas campesinas! : todas aquellas propietarias de las empresas comercializadoras y productoras de queso, yogurt, de chocolates y confites, de hongos silvestres, de turrones, de actividad educativa, un pequeño ingenio azucarero, molino, hotel, actividad piscícola, textil, etc, y del mismo concepto exitoso de pizzerías y delicatesen “Salinerito”, con la gran diferencia que sus utilidades – o resultados- no son repartidos entre los socios, sino reinvertidos en sus empresas o en proyectos sociales, o microempresariales de las comunidades. Lo que ellos llaman en la práctica el desarrollo de la economía solidaria. Un pueblo empresario – emprendedor Sorpresa para nosotros, fue encontrar una población sin pobreza, con una orientación marcada hacia la producción y a la comercialización de sus productos, y muchos de ellos usando la misma marca del niño alegre sentado, con poncho y unas botas para el lodo. Todos parece que tienen iguales oportunidades. Luego de ver esto nos convencimos que “El Salinerito es todo el pueblo”.. pero también que todo el pueblo es dueño de El Salinerito. El Padre Antonio Enrique Cachimuel nos había mencionado que allá por los años 70, Salinas de Guaranda era solamente unas cuantas casitas rústicas, muchos de sus habitantes analfabetos … pero que llegó desde Italia el padre Antonio Polo como Misionero Salesiano, quien con sus grandes ideas, “haciendo camino al andar” y con una gran dosis de liderazgo, motivó el cambio de rumbo de la entonces pequeña población, convirtiéndose en un pueblo emprendedor, pero con una filosofía denominada de “economía solidaria”. De alguna manera ya conocíamos pequeños datos de esta historia… pero en realidad, es diferente estar en el lugar de los hechos. Enrique nos dio el honor de presentarnos al Padre Antonio, a quien podríamos denominar en léxico empresarial como El “Presidente Vitalicio” o “Presidente de Honor” del Grupo Empresarial “El Salinerito”, con la gran diferencia que su residencia continúa siendo aquel pequeño y modesto departamento de madera, construido junto a la Iglesia del Pueblo. Junto a una taza de café y queso fresco que nos fue servido por el propio padre Antonio y líderes de la Organización, nuestra conversación giró en varios tópicos, esto nos permitió captar en el Padre Antonio la presencia de una gran energía motivadora, una gran confianza que el milagro de Salinas (como lo calificamos nosotros) pueda ser realidad en otras partes del País para reducir y eliminar los niveles de pobreza, eliminar la opción de migración, elevar los niveles de educación y desarrollo. Los nuevos proyectos de Salinas El padre Antonio no dudó en inmediatamente contarnos de los proyectos en marcha, de la necesidad de impulsar la terminación de una Mini Central Hidroeléctrica para ahorrar costos a la hilandería, así como la del impulso para la creación de una Sede Universitaria en Salinas, de las ideas para incrementar la producción quesera, de la diversificación de negocios, del involucramiento de los jóvenes en las actividades productivas, de las exportaciones de los productos El Salinerito, de la alianza estratégica para desarrollar la primera planta productora en Italia y de ciertas experiencias positivas y no positivas. Es curioso, esta energía motivadora también se hacía presente en los miembros e incluso los voluntarios de la organización, quienes con gran solvencia comentaban sobre la filosofía de las organizaciones y de su realidad de economía solidaria. A nosotros también nos llegaba y nos contagiaba esa energía. Es pleno invierno en Salinas, una lluvia tipo llovizna estaba presente permanentemente. A la noche, una gran dosis de neblina. Temperaturas a lo largo del día de 4 a 6 grados centígrados. En nuestro segundo día en Salinas fuimos aconsejados partir a medio día, supongo para poder enfrentar bien los deslaves en la carretera a Guaranda, los constantes baches, o la neblina, o todos aquellos juntos… En mi mente: Que suerte que alquilamos un carro 4x4. De alguna manera mi pequeña hija Jessie de 4 años tuvo razón cuando mencionaba que nuestro pequeño vehículo no llegaría a "Salinas de Guaranda". A nuestra salida, el abrazo fraterno con todos aquellos dirigentes y voluntarios de las organizaciones y el propio Padre Antonio, su bendición, la dedicatoria de su libro “Salinas – La Puerta Abierta” y nuestro espíritu en alto. Queremos regresar pronto! Articulo realizado por: Leonidas Villagrán Cepeda

Comentarios